La vidriera

El último rayo del sol poniente incidió en la vidriera que abarcaba toda la pared oeste de la casa, provocando en la gran sala una sinfonía de luz y color.
“Lástima que su creadora no pueda verlo así”, pensó como cada vez que se producía el milagro.
La pared estaba formada por paneles que varíaban a diario su posición, con lo que la imagen reflejada era distinta cada día.
Las terrazas de las habitaciones superiores, proyectaban su sombra durante todo el día y tan solo este último rayo la iluminaba plenamente.
Cuando las sombras tomaron el relevo de la luz, se aseguró que las cámaras lo hubiesen grabado en toda su magnificiencia, para que Ella pudiera verlo y se dirigió a la cocina.
Ella ya se habría levantado.
Tenía un sexto sentido que la despertaba en cuanto el sol desaparecía tras el horizonte.
Le preparó el tentempié, que Ella denominaba desayuno.
(-Al fin y al cabo es mi primera comida del día, ¿no?- solía decirle).
Eligió una flor, un ave del paraíso especialmente hermosa que había en el ramo de hoy, para ponerla en el florero que acompañaba la bandeja y se dirigió a su habitación.
- Hoy ha sido espectacular - le dijo al entrar.
- Cuando vuelva lo veré– respondió Ella –tengo una cita con un par de clientes esta noche. Un nuevo rico quiere que le diseñe algo especial para presumir ante sus nuevas amistades y uno de ellos está pensando en hacerle un regalo a su nueva amante.- añadió.
- Todavía me asombra que nadie se pregunte porqué solo les recibes por la noche-
- Hoy en día nadie se asombra de nada. Y menos cuando se trata de artistas. Todo el mundo da por supuesto que si no nos comportáramos de forma extravagante, no seríamos genuinos.-
- Cuando vuelvas tendrás preparada la sesión de hoy.-
- No se que haría sin ti. Eres lo mejor que me ha sucedido nunca.-
- ¿Quieres que espere a que regreses?-
- No. Descansa. Sé que el día es muy largo para ti.-
La siguió hasta la puerta de la casa, pendiente de cualquier detalle que a Ella pudiera pasársele por alto.
Al cruzar la puerta Ella miró al cielo.
- Esta noche la luna está preciosa.-
- ¿Puedo pedirte algo?-
- Lo que quieras.-
- No les hables de nuestra pared.-
- ¡Claro que no!. Este es nuestro secreto.-
Abrió la puerta del coche que iba a usar aquella noche.
Antes de entrar se volvió y añadió con un guiño:
-Y no es el único ¿verdad?.-
Arrancó y se perdió en la oscuridad.
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1 comentario:

  1. Hola corazon..
    Yo tambien llevo unas semanitas sin visitarte....
    ahora se me ha complicado mucho la cosa...tengo trabajo nuevo y poco tiempo para estar frente al p.c....encima he ido acumulando una cantidad increible de amigos blogueros...k me petece seguir visitando..entre los que te encuentras...
    Este nuevo blog me parece esteticamente muy bonito....
    pero ya tiens tres ....jajaa....chikilla me kieres matar de trabajo?...
    en fin....
    te visitare ahora en este....sobre todo porke al ser nuevo hay k fomentarlo....
    ademas te ha kedado genial...
    un besito eulalia....
    muaskkkkkk

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